La mascara


Una de las características principales de las máscaras es que nos permiten asumir una nueva identidad, la cual proviene del carácter de la propia máscara.
La posibilidad de divertirse, de convertirse en un ser distinto y desempeñar un nuevo papel tiene sus raíces en las culturas de la Edad de Piedra.
Entre las sociedades tribales de África, América y Asia, la máscara llegó a ser, y aún los es, un símbolo de representación de las fuerzas sobrenaturales. Los actos realizados por la máscara o atribuidos a ésta comportan la autoridad de un espíritu o un poder determinados. El hecho de que una máscara, sin la representación del cuerpo entero, pueda encarnar el poder sobrenatural se explica por la extendida creencia de que en la cabeza es donde reside principalmente dicho poder. Cuando se necesita que la máscara se mueva para cumplir su función apropiada, la lleva un danzador como parte de un ritual.
En la mayoría de las sociedades, las máscaras importantes, cuando no se utilizaban, se guardaban en un sagrario, como objetos de culto, ocultas a la vista, o a menudo se destruían.
Las máscaras, además de vincularse específicamente a la vida religiosa, se han considerado como agentes importantes del bien, al ayudar a garantizar el orden social, la fertilidad de las cosechas y los rebaños, la salud, la victoria en las batallas y las soluciones deseables en otras varias crisis de la vida, así como a mantener el equilibrio general entre los vivos y los muertos y el mundo del espíritu.
Además de su función ritual – religiosa, la máscara fue un elemento fundador del teatro, ya que en la escenificación de las tragedias griegas eran un elemento primordial con el que los actores ejecutaban roles y/o emociones ya estereotipados por las máscaras.
La máscara es elemento de la puesta en escena incluso en las creaciones contemporáneas.
La función lúdica de la máscara viene de la mano de su poder encubridor: al ocultar el rostro, la persona adquiere más libertades y a la vez adopta el papel que la máscara le confiere. Se transforma en aquello que representa y se “olvida” por un momento de sí mismo.
Este aspecto propio de la máscara es observable en el desarrollo de Fiestas y Carnavales, como la fiesta pagano –religiosa de la Tirana en el norte de Chile y el romántico Carnaval de Venecia en Italia.

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